El pasado
miércoles día 20 de diciembre nos reunimos para comentar el libro Esta
guerra no termina en Ucrania de Raúl Sánchez Cedillo de la
editorial Katakrak.
Contábamos con
la presencia de Jesús Paz, miembro del colectivo antimilitarista de Zaragoza,
Mambrú, antes, como grupo local del Moviimiento de Objeción de Conciencia, del
que luego hablaré en la presentación. Antes de comenzar la sesión, Jesús nos
estuvo comentando que acababan de ceder toda la documentación que habían
acumulado desde finales de los años 70 del pasado siglo hasta el final de la
campaña de Insumisión, al Archivo de la Democracia que existe en la Universidad
de Alicante y que entre otros documentos aportaron el baúl que contiene el
archivo de Pepe Beúnza, primer objetor de conciencia por razones políticas en
el Estado español ya en las postrimerías de la dictadura de Franco, del que se
habla en el libro que vamos a comentar.
Hablamos del
significado de la palabra campista que sale en el texto y Jesús nos aclaró que
hace referencia a la toma de posición en los conflictos por un campo u otro
dependiendo de la ideología propia, dijo que desde la izquierda nos falta hacer
un análisis de que no importa el campo desde el que se provoca la guerra, que
toda la guerra deja situaciones peores de las anteriores a su desarrollo.
Jesús comenzó
su andadura pacifista con el No a la OTAN, cuando salió el SÍ reflexionó que
había que llegar a la raíz de los conflictos y el militarismo, que posicionarse
en un referéndum en el NO a la OTAN era insuficiente contra las guerras y el
militarismo, y, por tanto, a diferencia de lo que es habitual, con la edad se
“radicalizó”, y se volvió antimilitarista. Nos contó como anécdota que, por
entonces, desde la izquierda no se criticaban las posiciones de la URSS, a
pesar de que eran censurables. En su caso personal, las Guerras de los Balcanes
las vivió de una manera más próxima y se planteó que haría él en el caso de
estar en el conflicto, ahí empezó el apoyo a los objetores y desertores,
fundamentalmente serbios, pero también croatas e incluso bosnios, y a las
Mujeres de Negro de Belgrado, uno de los primeros grupos en el continente
Europeo de movimiento antimilitarista, pacifista y feminista precisamente
surgido en Israel.
Es curioso que
en algún acto en el que se analizaba la guerra, gentes de izquierda y
militantes del PC les pareció mal que Jesús denominara en un acto al que se le
había invitado, “sátrapa” a Miloisevic, y que tuvo el propio secretario del PCA,
que sí había viajado a Serbia, quien tuvo que llamar la atención para
desenmascarar al personaje.
Pasamos a la presentación del libro que os dejo en este enlace por si la queréis leer:
https://repositoriotallerdelectura.blogspot.com/search/label/Presentaci%C3%B3n%20esta%20guerra
Con respecto al
libro, comenzamos a comentar, hay muchas reflexiones que se pueden extraer,
pero a mí me faltaba conocimiento y algo de vocabulario, hubiera sido necesario
poner algún ejemplo práctico.
Jesús Paz
afirma que está un poco frustrado con el libro su tono es muy elevado y, por
tanto, no contribuye a la divulgación de su contenido por su dificultad en el
vocabulario, la guerra es el fracaso de la sociedad, la mayor parte de los
males del mundo vienen de la guerra. La guerra sustrae la riqueza del Planeta y
de la gente.
Por ejemplo, en
el actual conflicto de Palestina en debates propuestos a la Casa Palestina en
Aragón, se ha hablado de que se había producido una reacción armada por parte
de Hamas ante la criminal situación de apartheid a la que se estaba sometido el
pueblo palestino, pero la situación, tras esa reacción, en este momento, es
mucho peor, y, sin embargo hay gente de aquí que elude el análisis de dónde
está la verdadera causa del conflicto y formas alternativas posibles para la
resolución del conflicto. En nuestro caso, al menos, deberíamos mantener un
análisis menos visceral que las víctimas del sionismo, que es más humanamente
comprensible: no se ha encontrado en la historia una situación mala que por
medio de la guerra haya mejorado, siempre ha dejado un escenario peor.
Hay que
diferenciar entre conflicto y enfrentamiento, conflicto siempre hay en la
sociedad, habrá que ir al origen de ese conflicto y si se intenta resolver por
las armas, la situación irá a peor, se tendrían que haber tomado unas medidas
previas, y en todo caso, siempre, como prioridad, detener la guerra, no su
continuación.
Otro de los
Jesús presentes (coincidimos tres;)) opinaba que la guerra, más que la
continuación de la política por otros medios, es la competencia por otros
medios, la competencia de acaparar recursos, la que lleva a Ucrania a
enfrentamientos entre dos potencias en declive (Rusia y EE UU) que es cuando
son más peligrosas y bajo la atenta mirada de las emergentes China e India.
Parte de la
izquierda, opinaba, va bastante desnortada en este conflicto: en la
manifestación por la República del 2022 había dentro de la marcha personas con
banderas prorrusas o con símbolos soviéticos y desde fuera personas ucranias
les increpaban.
También se
comentó que en Ucrania se ha producido una respuesta por parte de Putin a la provocación
de la OTAN, los dos son malos y Zelenski es un personaje siniestro. Putin y la
OTAN tienen posiciones imperialistas.
Así, el tercer
Jesús opinaba que la actitud de EE UU es pérfida e inteligente, quiere destruir
los lazos precarios que se estaban estableciendo entre Europa, Rusia y China y
de los que podía surgir un nuevo espacio socioeconómico, lo ha conseguido.
En la guerra de
Palestina hay una potencia que está aplastando al pueblo palestino, aunque la
actuación de Hamas ha sido nefasta.
Por otra parte,
¿qué se puede hacer?, ¿de qué tipo puede ser la respuesta?
Si hay una
mínima esperanza, será si Europa vuelve la vista hacia Palestina, pero los
intereses que se juegan son muy potentes y aunque la gente esté concienciada y
funcione el boicot a empresas pro-israelíes, las presiones no son suficientes.
La respuesta armada va a hacer que la situación vaya a peor, y desde luego no
se va a pedir una intervención de la OTAN contra Israel. Hay que apoyar las
iniciativas de pacificación que hay en la zona.
Desde siempre,
pero sobre todo después de la IIGM, la guerra destruye, los fabricantes de
armas se forran y luego también se forran las empresas constructoras que se
encargan de la reconstrucción.
Lo que nos
imaginamos es que en Ucrania harán una línea de separación y en Palestina solo
quedará, por ahora por lo menos, Cisjordania y desaparecerá Gaza que será
reconstruida por los colonos israelíes.
Nos preguntamos
si detrás de Hamás estará Rusia e Irán.
En los
conflictos armados siempre hay alguien que gana y la mayoría pierde
Jesús Paz nos
habla de que ha encontrado en la guerra de Ucrania grupos semejantes a Mujeres
de Negro, ya que son igualmente antimilitaristas y feministas, aunque
minoritarios, como el Movimiento Pacifista Ucraniano, a los que sigue en su
propio chat traducido por Telegram…
Los
posicionamientos de los grupos antimilitaristas que hablan de fomentar la
deserción para parar las guerras se toman como algo secundario o utópico. Descubrí,
afirma, a posteriori, el análisis de un historiador especializado en los Balcalnes
que explicaba que cuando se firmaron los acuerdos de Dayton que pusieron fin al
menos a la Guerra, exponía como un factor determinante para la firma de esos
acuerdos el hecho de que los frentes se estaban vaciando de soldados por las
deserciones que habían producido.
En Ucrania son
muchos los desertores (se estiman de nuevo, como en los Balcanes, por hasta
centenares de miles). Lo que no existe, como en tiempos de los Balcanes, un
proyecto de Amnistía Internacional como la Safe
House que consiguió establecer en Hungría, donde encontraron refugio y
apoyo.
El movimiento
pacifista en Ucrania es pequeño, pero en medio de un reclutamiento forzoso en
plena guerra se producen deserciones por millares, y como en todos los lugares,
las clases altas se libran de ir al frente pagando una redención en metálico,
por eso los soldados de mediana edad (la población masculina entre 18 y 60 años
no puede salir del país pendiente de servir a la guerra) y que vienen del
frente de permiso se asombran de que en Kiev la gente joven pudiente lleva una
vida normal y feliz. Igual ocurrió en la Guerra de Marruecos, cuando acababa la
batalla los generales de bandos distintos se reunían mientras los soldados
cargaban con la peor parte. La lucha de clases, por tanto, está muy presente.
La Constitución
Republicana hablaba de preservar la paz.
Otro de los
Jesús (Pola) dice que poner el acento en el boicot me parece muy bien, pero se
hace muy poco para posicionarnos ante la venta de armas. Ante los conflictos
tendrían que actuar los cascos azules.
Hay actos
pacifistas organizados, pero minoritarios, aunque podemos dejar de trabajar con
los bancos que financian las expresas de armas. Sería necesario poner el foco
en el origen de los conflictos y actuar allí antes de que se produzcan, aunque
sea muy difícil.
Hablamos de la
Guerra de Siria con la intervención de otros estados, los principales
bombardeos venían de Rusia y del propio al-Assad.
Comentamos las
grandes manifestaciones contra la Guerra de Irak, allí vimos quizás que
podríamos estar implicados directamente.
La respuesta a
las guerras tendría que llegar desde la educación para la paz, la única presión
para parar la guerra tiene que venir del exterior, rara vez desde el interior
se tiene capacidad.
Hay una Oficina
Europea de Objeción de Conciencia ( https://ebco-beoc.org/ ) y algunas organizaciones ( https://www.connection-ev.org/ ) que trabajan para la protección y acogida de desertores. Hubo un intento
de encuentro entre pacifistas ucranianos, bielorrusos y rusos que no se pudo
celebrar porque algunos de ellos están bajo arresto domiciliario.
En Ucrania solo
se permitía objetar a minorías religiosas muy determinadas, y hasta ese derecho
desapreció en la práctica con el inicio de la guerra.
Hablamos de que
la guerra trastoca completamente la vida de las personas, cercena todos sus
derechos, todo lo que considerabas conseguido desaparece.
Es curioso que
Ucrania antes de la guerra estaba lejos de poder entrar en la UE, relativos a
la protección de los DDHH y la lucha contra la corrupción, y ahora, por
intereses estratégicos, se obvian todos los obstáculos y se le está proponiendo
el ingreso.
También
comentamos que hay varios países europeos tratando de reimplantar el servicio
militar obligatorio.
Preguntamos qué
posición está tomando al Internacional Progresista ante estos conflictos y no
tenemos respuesta. Y, ¿qué hubiera pasado si el pueblo ucraniano se hubiera
rendido a los rusos al principio de la invasión? Hubo gente civil que se ponían
frente a los tanques rusos ( https://enpiedepaz.org/el-arma-secreta-de-ucrania-puede-ser-la-resistencia-civil/ ).
Es por ello que
se ha vuelto a considerar la idea de ciertos militaristas de utilizar técnicas
de resistencia civil insertadas en la estrategia de la OTAN, ya que, incluso
ellos, las consideran efectivas, pero las organizaciones antimilitaristas
consideran aberrante mezclar ambos conceptos, ya que no legitimizan la no-violencia
y ponen en severo riesgo a la gente que sería considerada, en esas situaciones,
colaboradora de una de las partes armadas.
Se habla de
experiencias como Rojava y Chiapas, experiencias comunitarias y horizontales,
pero no suficientemente conocidas.
Jesús nos ha
dejado algunos artículos y enlaces muy interesantes para conocer más acerca de
la no-violencia, os dejo los enlaces.
La sesión fue
muy fructífera, hablamos de que de la guerra se sale peor de lo que antes se
estaba, conocimos movimientos pacifistas que desarrollan importantes acciones,
hablamos de quién está detrás de las guerras y de qué podemos hacer por nuestra
parte. Con respecto al libro lo consideramos muy elevado intelectualmente, le
faltaría poner más ejemplos concretos que ilustraran los textos, es muy
interesante el último capítulo, pero puede que el autor tenga escritos más
accesibles ya que tiene un gran número de seguidores en las redes sociales y
ahí los textos no pueden ser tan complejos.