jueves, 21 de diciembre de 2023


El pasado miércoles día 20 de diciembre nos reunimos para comentar el libro Esta guerra no termina en Ucrania de Raúl Sánchez Cedillo de la editorial Katakrak.

Contábamos con la presencia de Jesús Paz, miembro del colectivo antimilitarista de Zaragoza, Mambrú, antes, como grupo local del Moviimiento de Objeción de Conciencia, del que luego hablaré en la presentación. Antes de comenzar la sesión, Jesús nos estuvo comentando que acababan de ceder toda la documentación que habían acumulado desde finales de los años 70 del pasado siglo hasta el final de la campaña de Insumisión, al Archivo de la Democracia que existe en la Universidad de Alicante y que entre otros documentos aportaron el baúl que contiene el archivo de Pepe Beúnza, primer objetor de conciencia por razones políticas en el Estado español ya en las postrimerías de la dictadura de Franco, del que se habla en el libro que vamos a comentar.

Hablamos del significado de la palabra campista que sale en el texto y Jesús nos aclaró que hace referencia a la toma de posición en los conflictos por un campo u otro dependiendo de la ideología propia, dijo que desde la izquierda nos falta hacer un análisis de que no importa el campo desde el que se provoca la guerra, que toda la guerra deja situaciones peores de las anteriores a su desarrollo.

Jesús comenzó su andadura pacifista con el No a la OTAN, cuando salió el SÍ reflexionó que había que llegar a la raíz de los conflictos y el militarismo, que posicionarse en un referéndum en el NO a la OTAN era insuficiente contra las guerras y el militarismo, y, por tanto, a diferencia de lo que es habitual, con la edad se “radicalizó”, y se volvió antimilitarista. Nos contó como anécdota que, por entonces, desde la izquierda no se criticaban las posiciones de la URSS, a pesar de que eran censurables. En su caso personal, las Guerras de los Balcanes las vivió de una manera más próxima y se planteó que haría él en el caso de estar en el conflicto, ahí empezó el apoyo a los objetores y desertores, fundamentalmente serbios, pero también croatas e incluso bosnios, y a las Mujeres de Negro de Belgrado, uno de los primeros grupos en el continente Europeo de movimiento antimilitarista, pacifista y feminista precisamente surgido en Israel.

Es curioso que en algún acto en el que se analizaba la guerra, gentes de izquierda y militantes del PC les pareció mal que Jesús denominara en un acto al que se le había invitado, “sátrapa” a Miloisevic, y que tuvo el propio secretario del PCA, que sí había viajado a Serbia, quien tuvo que llamar la atención para desenmascarar al personaje.

Pasamos a la presentación del libro que os dejo en este enlace por si la queréis leer:

https://repositoriotallerdelectura.blogspot.com/search/label/Presentaci%C3%B3n%20esta%20guerra

Con respecto al libro, comenzamos a comentar, hay muchas reflexiones que se pueden extraer, pero a mí me faltaba conocimiento y algo de vocabulario, hubiera sido necesario poner algún ejemplo práctico.

Jesús Paz afirma que está un poco frustrado con el libro su tono es muy elevado y, por tanto, no contribuye a la divulgación de su contenido por su dificultad en el vocabulario, la guerra es el fracaso de la sociedad, la mayor parte de los males del mundo vienen de la guerra. La guerra sustrae la riqueza del Planeta y de la gente.

Por ejemplo, en el actual conflicto de Palestina en debates propuestos a la Casa Palestina en Aragón, se ha hablado de que se había producido una reacción armada por parte de Hamas ante la criminal situación de apartheid a la que se estaba sometido el pueblo palestino, pero la situación, tras esa reacción, en este momento, es mucho peor, y, sin embargo hay gente de aquí que elude el análisis de dónde está la verdadera causa del conflicto y formas alternativas posibles para la resolución del conflicto. En nuestro caso, al menos, deberíamos mantener un análisis menos visceral que las víctimas del sionismo, que es más humanamente comprensible: no se ha encontrado en la historia una situación mala que por medio de la guerra haya mejorado, siempre ha dejado un escenario peor.

Hay que diferenciar entre conflicto y enfrentamiento, conflicto siempre hay en la sociedad, habrá que ir al origen de ese conflicto y si se intenta resolver por las armas, la situación irá a peor, se tendrían que haber tomado unas medidas previas, y en todo caso, siempre, como prioridad, detener la guerra, no su continuación.

Otro de los Jesús presentes (coincidimos tres;)) opinaba que la guerra, más que la continuación de la política por otros medios, es la competencia por otros medios, la competencia de acaparar recursos, la que lleva a Ucrania a enfrentamientos entre dos potencias en declive (Rusia y EE UU) que es cuando son más peligrosas y bajo la atenta mirada de las emergentes China e India.

Parte de la izquierda, opinaba, va bastante desnortada en este conflicto: en la manifestación por la República del 2022 había dentro de la marcha personas con banderas prorrusas o con símbolos soviéticos y desde fuera personas ucranias les increpaban.

También se comentó que en Ucrania se ha producido una respuesta por parte de Putin a la provocación de la OTAN, los dos son malos y Zelenski es un personaje siniestro. Putin y la OTAN tienen posiciones imperialistas.

Así, el tercer Jesús opinaba que la actitud de EE UU es pérfida e inteligente, quiere destruir los lazos precarios que se estaban estableciendo entre Europa, Rusia y China y de los que podía surgir un nuevo espacio socioeconómico, lo ha conseguido.

En la guerra de Palestina hay una potencia que está aplastando al pueblo palestino, aunque la actuación de Hamas ha sido nefasta.

Por otra parte, ¿qué se puede hacer?, ¿de qué tipo puede ser la respuesta?

Si hay una mínima esperanza, será si Europa vuelve la vista hacia Palestina, pero los intereses que se juegan son muy potentes y aunque la gente esté concienciada y funcione el boicot a empresas pro-israelíes, las presiones no son suficientes. La respuesta armada va a hacer que la situación vaya a peor, y desde luego no se va a pedir una intervención de la OTAN contra Israel. Hay que apoyar las iniciativas de pacificación que hay en la zona.

Desde siempre, pero sobre todo después de la IIGM, la guerra destruye, los fabricantes de armas se forran y luego también se forran las empresas constructoras que se encargan de la reconstrucción.

Lo que nos imaginamos es que en Ucrania harán una línea de separación y en Palestina solo quedará, por ahora por lo menos, Cisjordania y desaparecerá Gaza que será reconstruida por los colonos israelíes.

Nos preguntamos si detrás de Hamás estará Rusia e Irán.

En los conflictos armados siempre hay alguien que gana y la mayoría pierde

Jesús Paz nos habla de que ha encontrado en la guerra de Ucrania grupos semejantes a Mujeres de Negro, ya que son igualmente antimilitaristas y feministas, aunque minoritarios, como el Movimiento Pacifista Ucraniano, a los que sigue en su propio chat traducido por Telegram…

Los posicionamientos de los grupos antimilitaristas que hablan de fomentar la deserción para parar las guerras se toman como algo secundario o utópico. Descubrí, afirma, a posteriori, el análisis de un historiador especializado en los Balcalnes que explicaba que cuando se firmaron los acuerdos de Dayton que pusieron fin al menos a la Guerra, exponía como un factor determinante para la firma de esos acuerdos el hecho de que los frentes se estaban vaciando de soldados por las deserciones que habían producido.

En Ucrania son muchos los desertores (se estiman de nuevo, como en los Balcanes, por hasta centenares de miles). Lo que no existe, como en tiempos de los Balcanes, un proyecto de Amnistía Internacional como la Safe House que consiguió establecer en Hungría, donde encontraron refugio y apoyo.

El movimiento pacifista en Ucrania es pequeño, pero en medio de un reclutamiento forzoso en plena guerra se producen deserciones por millares, y como en todos los lugares, las clases altas se libran de ir al frente pagando una redención en metálico, por eso los soldados de mediana edad (la población masculina entre 18 y 60 años no puede salir del país pendiente de servir a la guerra) y que vienen del frente de permiso se asombran de que en Kiev la gente joven pudiente lleva una vida normal y feliz. Igual ocurrió en la Guerra de Marruecos, cuando acababa la batalla los generales de bandos distintos se reunían mientras los soldados cargaban con la peor parte. La lucha de clases, por tanto, está muy presente.

La Constitución Republicana hablaba de preservar la paz.

Otro de los Jesús (Pola) dice que poner el acento en el boicot me parece muy bien, pero se hace muy poco para posicionarnos ante la venta de armas. Ante los conflictos tendrían que actuar los cascos azules.

Hay actos pacifistas organizados, pero minoritarios, aunque podemos dejar de trabajar con los bancos que financian las expresas de armas. Sería necesario poner el foco en el origen de los conflictos y actuar allí antes de que se produzcan, aunque sea muy difícil.

Hablamos de la Guerra de Siria con la intervención de otros estados, los principales bombardeos venían de Rusia y del propio al-Assad.

Comentamos las grandes manifestaciones contra la Guerra de Irak, allí vimos quizás que podríamos estar implicados directamente.

La respuesta a las guerras tendría que llegar desde la educación para la paz, la única presión para parar la guerra tiene que venir del exterior, rara vez desde el interior se tiene capacidad.

Hay una Oficina Europea de Objeción de Conciencia ( https://ebco-beoc.org/ ) y algunas organizaciones ( https://www.connection-ev.org/ ) que trabajan para la protección y acogida de desertores. Hubo un intento de encuentro entre pacifistas ucranianos, bielorrusos y rusos que no se pudo celebrar porque algunos de ellos están bajo arresto domiciliario.

En Ucrania solo se permitía objetar a minorías religiosas muy determinadas, y hasta ese derecho desapreció en la práctica con el inicio de la guerra.

Hablamos de que la guerra trastoca completamente la vida de las personas, cercena todos sus derechos, todo lo que considerabas conseguido desaparece.

Es curioso que Ucrania antes de la guerra estaba lejos de poder entrar en la UE, relativos a la protección de los DDHH y la lucha contra la corrupción, y ahora, por intereses estratégicos, se obvian todos los obstáculos y se le está proponiendo el ingreso.

También comentamos que hay varios países europeos tratando de reimplantar el servicio militar obligatorio.

Preguntamos qué posición está tomando al Internacional Progresista ante estos conflictos y no tenemos respuesta. Y, ¿qué hubiera pasado si el pueblo ucraniano se hubiera rendido a los rusos al principio de la invasión? Hubo gente civil que se ponían frente a los tanques rusos ( https://enpiedepaz.org/el-arma-secreta-de-ucrania-puede-ser-la-resistencia-civil/ ).

Es por ello que se ha vuelto a considerar la idea de ciertos militaristas de utilizar técnicas de resistencia civil insertadas en la estrategia de la OTAN, ya que, incluso ellos, las consideran efectivas, pero las organizaciones antimilitaristas consideran aberrante mezclar ambos conceptos, ya que no legitimizan la no-violencia y ponen en severo riesgo a la gente que sería considerada, en esas situaciones, colaboradora de una de las partes armadas.

Se habla de experiencias como Rojava y Chiapas, experiencias comunitarias y horizontales, pero no suficientemente conocidas.

Jesús nos ha dejado algunos artículos y enlaces muy interesantes para conocer más acerca de la no-violencia, os dejo los enlaces.

La sesión fue muy fructífera, hablamos de que de la guerra se sale peor de lo que antes se estaba, conocimos movimientos pacifistas que desarrollan importantes acciones, hablamos de quién está detrás de las guerras y de qué podemos hacer por nuestra parte. Con respecto al libro lo consideramos muy elevado intelectualmente, le faltaría poner más ejemplos concretos que ilustraran los textos, es muy interesante el último capítulo, pero puede que el autor tenga escritos más accesibles ya que tiene un gran número de seguidores en las redes sociales y ahí los textos no pueden ser tan complejos.


 

Presentación del libro La guerra no termina en Ucrania.

Antes de nada, os quiero presentar a la persona que hoy nos acompaña: Jesús Paz Pavón, miembro de la #CampañaObjetaLaGuerra (Protección y asilo para objetores y desertores al servicio militar en Ucrania, Rusia y Bielorrusia.) pertenece también, al Colectivo Mambrú que se según dicen en su página web se identifican con esa parte de la multitud humillada, perseguida, bombardeada. Están decididos a ponernos “en pie de paz” para transformar la historia de guerras y crímenes contra la humanidad y el planeta.

Nos reencontramos en los sueños. Hemos aprendido de la impotencia y el silencio. Maldecimos la destrucción del mundo, el militarismo. Nos avergüenza la codicia…

Queremos cuidar la vida, defender la ternura y la igualdad entre los pueblos. Coordinamos nuestra esperanza. Organizamos el futuro.

(Podéis encontrar más información en su página web: https://enpiedepaz.org/

El libro que vamos a comentar Esta guerra no acaba en Ucrania tiene como objetivo ¡Guerra a las guerras! El texto se distribuye en tres partes: en la primera se describe y justifica la invasión de Ucrania, en la segunda conecta la escalada belicista actual con el origen de las otras guerras modernas de las que surgen las formas más extremas de defensa del mundo capitalista: los fascismos y en la tercera y, para mí más importante, se define la urgencia de una paz constituyente como proyecto político contemporáneo opuesto a la guerra.

Sánchez Cedillo nos ofrece en el libro una abrumadora recopilación de lecturas posibles con una amplitud lingüística enorme, da datos, reflexiones, citas, ideas que casi son imposibles de asimilar, se pueden seguir genealogías de la historia, rastrear el origen y permanencia del fascismo, saber de las salidas del colonialismo, nos habla también de que la crisis de nuestra época, no solo es bélica y económica, sino sobre todo medioambiental.

Como se dice en uno de los prólogos, este libro es una caja de herramientas de análisis para entender, no solo la guerra, sino las claves del funcionamiento político del sistema mundo-capitalista, incidiendo en la debilidad del proyecto político europeo, al tiempo que se está normalizando la extrema derecha.

Son muy interesantes, desde mi punto de vista las aportaciones que hace en el último capítulo sobre las características del común entendido como liberación,  regeneración ecosistémica vinculada a la noción de dedecrecimiento y la lucha de clase de las fuerzas del trabajo como transformadora del sistema capitalista financiarizado.

Y quiero terminar la presentación con la cita que hay al final del libro: “Lo que nos hace falta es creer en el mundo” 

Y ahora podemos comentar muchas cosas:

La guerra como prolongación de la política por otros medios, la política una continuación de la guerra.

¿Existe la guerra justa? ¿Será, en todo caso, aquella que defiende la supervivencia? Como está ocurriendo con Palestina

¿La arquitectura jurídica y política de la ONU sirve para algo?

Del caos del mundo incapaz de resolver sus contradicciones salvo a través de la guerra, la conquista o la devastación del ecosistema.

El internacionalismo o la barbarie.

De la guerra no puede salir una democracia emancipadora.

El fascismo y la guerra son indisolubles.

El chantaje del miedo.

El nuevo pacto verde como metamorfosis bélica.

El comunismo hoy como producto del común.

En fin, muchas áreas de discusión, pero primero tenemos que aprovechar que está aquí Jesús Paz y que nos hable de su lectura del libro, de lo que le ha sugerido y sobre todo de su activismo en los movimientos pacifistas.

CONTINÚA EL COMENTARIO DEL LIBRO LA LLAMADA

  En la primera reunión que describe la autora, muestra a los personajes que luego serán protagonistas de las entrevistas, estas entrevistas...