El libro ha gustado a las personas que intervienen, también la personalidad de Moliner, destacamos lo poco que se le ha valorado. El autor refleja muy bien el Golpe de Estado y lo que supuso. María Moliner siguió con su trabajo, preocupada por la cultura llevo la alfabetización y las bibliotecas hasta los combatientes del frente.
El texto también tiene sentido de humor, por ejemplo, en las
respuestas que la gente daba a los cuestionarios que mandaba a los pueblos y
rasgos de ingenuidad como cuando la niña le dice: “si se lleva la máquina, nos
puede dejar la música” o “¿cuándo se cierra un libro, se borran las letras?”
He salido encantada de la lectura del libro, comenta otra de
las personas, casi no he encontrado nada que criticar al texto. Dice que le ha
gustado la vuelta que les da a los vocablos para aclararlos y pulirlos de la
oficialidad de la Academia y acercarlos a la lengua cotidiana a la realidad del
lenguaje y sobre todo darles agilidad cortando la tontería del círculo vicioso
de las entradas del diccionario de la RAE. También le ha gustado el retrato que
hace de otros personajes como Camilo José Cela o Luis Buñuel y algunos más de
la Generación del 27. Describe muy bien el autor el machismo y los grupos de
poder en la Academia, del esfuerzo de María se benefició Carmen Conde. Es
curioso el pliego de cargos que le presenta el Estado franquista y la
argumentación que tiene que elaborar. Se plantea en el debate cómo fue posible
que algunas personas se pudieran librar de la cárcel o del exilio, el propio
Cossio o el mismo Dámaso Alonso; ella fue humillada en su trabajo, además de
ser degradada en el escalafón tuvo que aguantar ayuda de gente que no le
hubiera ayudado nunca y asimismo tenía que andar con pies de plomo con algunos
amigos que no podían trabajar y desconfiaban de ella. Hablamos de la defensa de
la lectura que hace el autor, del elogio de la República y del “palo” tan
grande que supuso la Dictadura para todos los avances sociales y culturales,
como ejemplo la formación de los maestros que obtenían el título después de el
bachillerato elemental y un curso, cuando no por ser afectos al Régimen.
Hablamos de algunas de las definiciones del diccionario que
nos han parecido destacadas como la de República, la de poesía o la de mujer (hay
que ver la cantidad de refranes y dichos que señalan a la mujer como una ser
inferior).
Comentamos que hasta los años 70 María Moliner no tuvo un
especio propio en su casa para trabajar, cuando ya había “terminado” (nunca lo consideró
finalizado) su diccionario. Otro personaje interesante del que hablamos fue de
Enrique, el hermano de María que se mantuvo en sus posiciones, trabajó en un
colegio religioso y dio clases gratuitas a gente de su barrio.
Se comenta que la narración va avanzando como a golpes, lo
que da al texto un carácter impresionista. También se dice que el final del
libro ha producido mucha tristeza, la mente de esta mujer se queda vacía. Se
habla del trauma emocional que le supuso el abandono del padre que fue capaz incluso
de formar otra familia, volvemos a comentar la relación con el marido, en lo
político, en lo social, en lo sexual, María fue muy solidaria con él cuando se
quedó ciego, también insistimos en el trato que da a Benedicta cuando le llama
para felicitarle por su diccionario y ella la ningunea. Ha gustado como el
autor termina el libro.
En el texto se reconocen a escritoras y mujeres que han
estado a la sombra de otros intelectuales de la época.
Nos ha gustado el libro, acerca a la vida y la obra de una
mujer que casi ha pasado desapercibida y que merece un amplio reconocimiento
por parte de toda la sociedad por su contribución al desarrollo de las
bibliotecas, sus aportaciones culturales y sobre todo por su maravilloso
diccionario.
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