Stalin expulsa a Trotski de Rusia, pero este último hace lo
mismo con Raymond, el francés forma un nuevo partido, pero podrían haberse
arreglado. Hay un trasfondo de dogmatismo, igual al que vivimos en los 70 y no
se ha hecho lo suficiente para superarlo.
Al final del libro se dice: “Creíamos que estábamos abriendo
una ventana al pasado y ahora, […]en este punto y final, nos damos cuenta de
que la ventana es también espejo”. Es una reflexión muy interesante.
Es muy significativa la huelga de la Renault y está muy bien
descrita, también la escena de la estafa en Bélgica.
Raymond vive por la revolución y lo demás no tiene
importancia, lo mismo le pasaba a Trotski, para ellos el fin justificaba los
medios, no están atentos a las otras personas y son incapaces de cuidarlas.
De todas formas, no empleamos la palabra revolución
adecuadamente, en realidad no ha triunfado ninguna revolución, no puede haber
revolución sin cambiarlo todo y eso solo se puede hacer desde el protagonismo
colectivo, cuando los líderes se adelantan la gente no puede seguirles, se dice
tenemos que ir a los barrios, pero por otro lado se afirma que la gente no se
mueve. Hay que ser prudentes y estar todos unidos, es la única manera de que
ganemos las elecciones, y desde luego los cambios se producen cuando la gente
está en la calle. Las mujeres cuando tienen libertad son una bomba.
Una persona dice que el libro le ha encantado, la historia
está contada de una manera determinada y depende de la posición donde se
coloque la cámara, como pasa en los partidos de fútbol: si la cámara se coloca
más arriba la historia y la jugada tiene un significado diferente.
La novela, si podemos llamarla así, nos abre paso a recordar
la Historia, acontecimientos que tenemos olvidados y que quizás deberíamos
repasarlos, ya que según se afirma si no se conoce la Historia, se está
condenado a repetirla.
Los autores se “entrometen” en la obra van contando su
proceso de descubrimiento y documentación, reflexionan sobre los
acontecimientos y se preguntan si los sufrimientos que tuvieron los que se
enfrentaron a la Dictadura argentina les han merecido la pena. Edurne está
leyendo el libro “La llamada” que comentamos en una sesión anterior de nuestro
Taller.
Es curioso que, en un momento dado, cuando van cinco en un
coche se dan cuenta que solo uno de ellos es un obrero y se les plantea un
dilema moral, pensando que a quién defienden; las élites avanzan de manera
diferente y a veces no de una forma adecuada, después de la muerte de Franco
los sindicatos, que tuvieron un papel importante en la Transición, se
convirtieron en agencias de servicios.
Se volvió a insistir en que, si dejamos atrás a la gente,
solo van adelante los héroes y no se consigue nada.
Otra de las personas señala que le ha llamado la atención de
que es un texto escrito a cuatro manos y que los propios autores intervienen y
señalan cuales son los propósitos de cada uno, señalando los diferentes
aspectos de la historia que les interesa resaltar. Los autores van informando
de cómo avanza la trama, Ovejero es el que descubre al personaje e interesa a
Edurne para que le acompañe en la investigación y en la escritura, a veces se
habla en tercera persona y en un momento dado intercalan un diario de Vera.
Distinguen entre invención e imaginación. A la hora de construir una “novela”
histórica, hay lagunas que deben rellenar, pero imaginando lo que podría pasar,
no inventando. Pensamos que Edurne se ha encargado más de caracterizar a las
mujeres y por eso éstas nos caen mejor. De todos modos, escribir, aunque sea
sobre uno mismo, siempre tiene algo de falso. Raymond es infiel, pero leal, el
hijo de Trotski es muy celoso, Trotski solo se preocupa por lograr la
revolución, no le importa nada más.
El título nos ha sorprendido, no lo vemos muy adecuado, no
sabemos de dónde proviene.
Pasamos a hablar de la situación actual de los imperios que
ahora dominan el mundo, Europa no cuanta tan apenas nada, mandan las
multinacionales y estamos llevando a un absoluto declive de la Naturaleza, que
está totalmente esquilmada por el capitalismo de las multinacionales.
El libro ha resultado muy sugerente, con unos personajes muy
interesantes, nos ha permitido reflexionar sobre muchos aspectos de la historia
reciente, nos ha abierto ventanas para profundizar en acontecimientos que
teníamos un poco olvidados, la Historia Contemporánea tendría que ser la
asignatura fundamental en los institutos.
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