En las páginas del libro se plantean varios problemas, uno
de ellos es la intervención de los humanos para paliar algunos de los desastres
que se presenta y que a veces esta propia intervención es más perjudicial que
el propio desastre como por ejemplo ocurre en la limpieza de fangos en la bahía
de Newark, otro asunto que plantea es el de cómo se recupera la fauna en
espacios altamente deteriorados, también habla de la intervención soviética en Estonia que construyó
grandes infraestructuras para la agricultura que ahora están abandonadas ya que
la población prefiere unos medios más reducidos y han quedado terrenos y
edificios baldíos que se están repoblando de vida natural, en España está
pasando algo parecido en lo que llamamos “España vaciada” el bosque va progresando
y ocupando campos que están poco o nada cultivados, hablamos de que antes en
los pueblos la gente trabajaba todos los terrenos disponibles para su
supervivencia ya que las familias dependían de los productos del campo y necesitaban
todo lo que podían obtener de ellos. Estos bosques recuperados son un auténtico
sumidero de carbono que favorece la lucha contra el cambio climático.
Hablamos también de que en el libro se habla de la
influencia que tuvo en el clima en la Edad Media la invasión de los mongoles
que diezmo la población y dejo muchas tierras baldías, esto provocó una bajada
de la temperatura en años posteriores, comentamos que no sabemos si los
historiadores han tenido en cuenta la influencia de estos fenómenos climáticos en
hechos históricos.
De todas formas, pensamos que lo que prima es el poder ganar
cuanto más dinero mejor, esto ha producido el fenómeno de la deslocalización de
empresas y todos los problemas consiguientes que han afectado a diferentes
zonas del planeta y de diversas maneras.
Nos ha sorprendido el dato que apunta de que la conquista española
de las Indias supuso que, por diferentes motivos, murió un 90 % de la población
indígena, no sabemos dónde ha documentado este dato que nos parece un poco exagerado.
El colonialismo ha provocado otros efectos nocivos como han sido la implantación
de jardines botánicos de especies exóticas que han afectado a la flora autóctona.
Es fácil, se comenta el desestabilizar una vida normal hasta
lo insospechado, pensemos en la gente que vivía en Plymouth, la abandonada
capital de la isla de Montserrat que por culpa de la erupción de un volcán Soufrière
Hills tuvo que desplazarse a otro lugar lejano dejando todas sus casas cubiertas
ahora por lava y polvo. Puede ser que el supervolcán que está bajo el parque de
Yellowstone, uno de los mayores supervolcanes del mundo que tiene una caldera
gigante y que podría causar un desastre global si entrara en erupción.
La autora plantea que la intervención humana es la que más
ha afectado a los cambios producidos en la naturaleza y que cuando la tierra se
abandona la propia naturaleza va recuperando su estado originario. La tierra ha
tenido momento de renacimiento y declive.
La autora da esperanza, aunque dice que hay que actuar, pero
hay que actuar con cabeza, pensando bien lo que se va a hacer para que no sea
contraproducente, se habla del ejemplo exitoso de la actuación sobre la
contaminación en la ciudad de Londres que se logró erradicar.
El problema reside en quiénes están dominando el mundo y en
las empresas que donde ven un nicho de negocio, actúan y no piensan en las
consecuencias medioambientales que pueden producir y a veces las
administraciones tampoco ejercen el control necesario, pensemos en los mineros
muertos recientemente en Asturias, en la presa de Aznalcóllar, que vertió lodos
contaminado en Doñana, en los costes que nos ha supuesto la limpieza del
lindano de la empresa química de Sabiñanigo, etc.
Comentamos la descripción que se hace en el libro de los “blight”
como foco de deterioro urbano que es muy difícil de solucionar y hablamos de
los esqueletos arquitectónicos que han quedado en algunos pueblos, por ejemplo,
en la subida de La Muela que sólo hay un edificio habitado en un descampado con
restos de edificaciones de una zona especulativa de la anterior burbuja
inmobiliaria. Nos preguntamos el porqué de tantos centros de datos que se van a
ubicar en nuestro alrededor y que no sabemos exactamente las consecuencias que
van a tener en los acuíferos y en el consumo de energía y además como no existe
un periodismo de investigación independiente y bien remunerado, permanecemos a
oscuras con respecto a estos importantes asuntos. Antes de poner el grito en el
cielo es mejor investigar.
La lectura del libro me ha hecho pensar, dice una de las
participantes, en las consecuencias que puede tener las extensas áreas de regadío
que se están habilitando en zonas de secano, por ejemplo, que efectos podrá
tener el cultivar arroz en los Monegros y hablamos de que el agua que se necesita
para cultivar alfalfa vale más que la cosecha que se obtiene.
Se plantea que el cristianismo es la religión más antropocéntrica
que el mundo ha conocido, Dios dijo: “Dominad la Tierra” y el hombre se ha
sentido el dueño del mundo, las religiones orientales son más respetuosas y
están más unidas a la naturaleza.
Hablamos extensamente de China, de su modelo económico, su
desarrollo, sus relaciones internacionales, su sistema político nada democrático,
su desarrollo tecnológico y su influencia en el medioambiente.
El libro es optimista con respecto al futuro, pero hay que
actuar con criterios serios y científicos. Nos quedamos con una frase que se
cita en el libro de John Muir que dice “Cuando uno estira de algo de la
naturaleza, de una sola cosa, descubre que está amarrada al resto del mundo. Si
se tira lo bastante fuerte, nos arriesgamos a deshacer todo el hermoso tapiz”.
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