Se comenta que es difícil ponerse en la piel de esta chica
por la diferencia de edad que tenemos con ella, pero recordamos que llevábamos
faja (la clásica “faja pantalón”) y de los privilegios que tenían los chicos.
La estructura del libro resulta curiosa, los capítulos son intervalos
muy cortos, después de la introducción, un reloj va introduciendo una voz
narrativa que va describiendo la acción, parece que es difícil este tipo de
escritura.
Se comenta que la autora en un encuentro con lectores y
lectoras habló de que le parecía muy fuerte hacer la narración en primera
persona y que vivía en un ambiente cerrado y en zonas periféricas.
Se leyeron los comentarios que se había aportado a través del
WhatsApp: “El tema que presenta Rosario Villajos en esta novela me ha parecido
de indudable interés: el conflicto de una adolescente con el medio en que vive.
Este conflicto se hace especialmente agudo por la
personalidad y sensibilidad de la protagonista, Catalina (que significa “inmaculada
“), y por la hostilidad de los ambientes que la rodean: sus padres y Pablito,
su hermano, por un lado; sus amigos y amigas, el instituto, Silvia y su
familia, por otro.
Catalina, en sucesivos "flash back" va a recordar
diferentes episodios de su vida en las cuatro horas que transcurren desde su
huida de la casa de Silvia hasta que, por fin, llega a casa.
Por medio de estos recuerdos de ciertos acontecimientos (enfermedad
infantil, primera menstruación, vacaciones familiares...) y de las relaciones
mantenidas con los amigos, con Juan, con el repugnante padre de Silvia, la
autora consigue ofrecer un retrato de esta adolescente que llega a odiar su
cuerpo, que se siente atraída por la muerte, que anhela la soledad y que se
encuentra totalmente desorientada y angustiada.
A medida que se avanza en la novela, la lectura se hace más
intensa y dramática hasta llegar al obsceno comportamiento del padre de Silvia.
Las relaciones que tiene Catalina con unos y con otros son tóxicas. Sólo se
salva su amistad con Gullermo y con Silvia; pero es precisamente el padre de
Silvia el que ha desencadenado la crisis más seria en Catalina.
Esta acumulación de circunstancias hostiles me ha planteado
la duda de si quizás resulta excesivo el cúmulo de desgracias emocionales que
agreden el ánimo de esta adolescente.
Prácticamente todo es negativo.
Afortunadamente el final de la novela es un rayo de
esperanza. El chico de la gasolinera puede ser otra cosa.
¿La narración se hace en tercera persona, hubiera sido más
eficaz en primera persona? Quizás, pero todo depende de la habilidad del
escritor. Desde luego, el contenido de esta novela se presta a la primera
persona.
Ojalá tuviéramos entre los miembros del club de lectura
algunos jóvenes que nos pudieran dar su opinión sobre esta novela! Sería
interesante.
Me ha parecido un libro que vale la pena leer.”
Se continua con el comentario de la obra por las personas
que estamos presentes, el libro nos da las claves del desarrollo de la
adolescencia, como va viviendo la protagonista sus miedos, la ambientación nos
da un retrato de la clase obrera española en los años noventa y parece un ambiente de optimismo con la
aparición de nuevas cadenas de televisión, aunque también se abrió el paso a un
tratamiento escabroso del asesinato de las niñas de Alcasser y a lo que
llamamos televisión basura.
Otra lectora comenta que el libro le ha gustado, es muy angustioso
porque a la protagonista le ocurre todo lo “malo” junto, le sucede como en
algunas películas de Almodóvar.
Las vivencias de Catalina en los años 90 son las suyas
propias, hablamos de que no son nuestras vivencias, ya que casi siempre nos
relacionamos con personas afines y no nos damos cuenta de lo que está pasando
en otros lugares, depende del ambiente en el que nos movamos, aunque todavía en
la sociedad hay manifestaciones muy machistas, pero son más rechazadas si se producen
en público.
Se habla de que llama la atención la negatividad que rodea a
la protagonista, no conoce bien su cuerpo, está en el paso a un estado más
adulto y no lo comprende, en su casa, en el colegio, en casa de su amiga, todo
la lesiona, siente miedo y culpabilidad.
Estas situaciones seguían pasando en los noventa, en una
ciudad pequeña, en este contexto de clase.
El personaje de la amiga no encaja bien ya que no se da
cuenta de nada de lo que pasa con su padre.
Con el libro nos percatamos de que la vida cambia, pero
todavía las mujeres tenemos miedo y es difícil encontrar el equilibrio entre asustarse
y prevenir y sobre todo no sentirse culpable.
De todos los hombres solo Guillermo y el motorista se salvan.
El lugar de nacimiento también cuenta, la autora es cordobesa
y quizás este repercute en su visión de la adolescencia, ahora se ha
homogeneizado y se cuentan diferentes experiencias.
Nos ha parecido una historia muy real que nos ha hecho
reflexionar sobre aspectos importantes de la vida, es una novela muy
recomendable.